diciembre 04, 2012

EL CIRCO AMBULANTE

TIERRA DE DINOSAURIOS

México... 1 de Diciembre... 2012... nuevo sexenio presidencial... el día marcado se concretó... el partido padre de la nación vuelve a reinar como en los arcaicos tiempos... el Partido Revolucionario Institucional [PRI] está de nuevo entre nosotros con Enrique Peña Nieto como su Majestad Imperial. Y la honorabilísima Cámara de Diputados fue el recinto donde se llevó a cabo la coronación al nuevo gobierno. 

Vítores, aplausos y porras de "¡Presidente!, ¡Presidente!" retumbaban en las cuatro paredes del intachable recinto y aunque algunos expresaron su rechazo, la voz de éstos quedó sepultada por los primeros. Nada que ver, en lo absoluto, cuando Felipe Calderón se hizo de la banda presidencial en el año 2006. Algo tan desastroso como su lucha contra el narco. 

Ahora fue muy distinto... en otros momentos se percibía cierto aire de respeto, como en misa de Catedral o algún foro de Canal 2 a la hora de grabar un piloto. Raro. Tan así que la izquierda, lejos de una izquierda incendiaria, lucía como centroizquierda. Es más, dicen que Carlos Salinas de Gortari derramó una lagrimilla mientras contemplaba tan emotivas escenas desde la comodidad de su hogar… o desde una de las curúles. Sólo Dios sabe.




Afuera, un mundo aparte… la otra protesta... en la calle cientos de jóvenes manifestaban su total repudio a lo que al interior de San Lázaro se llevaba a cabo. Indignación, descontento, enojo, rabia y frustración en contra del pricámbrico era el denso ambiente en el exterior. Lo que estaba previsto para ser una manifestación en buena onda del agonizante y moribundo Movimiento #YoSoy132 [M132] se convirtió en una ¡barbarie!. Como afirmó el ex priista Marcelo Ebrard. 



Al grito de “¡sin sangre no hay patria!”, un grupo de rijosos, autodenominados anarquistas, armaron un desmadre tal que harían lucir a Quentin Tarantino como un simple novato. Bombas molotov, petardos, camiones de basura secuestrados, policías heridos [que como buenos gendarmes sólo cumplían órdenes], manifestantes caídos en desgracia, sangre regada, mentadas de madre al sistema y al PRI y vallas de protección incendiadas, entre otras cosas, es lo que se vivía a las afueras del lugar donde los magnates se relamían los bigotes.




Y para seguir con el coto, los chavos una vez concluida su labor en ese sitio, se jalaron al Centro Histórico y sus alrededores para continuar con su festín de sangre, muerte y destrucción arrasando con todo a su paso. No dejaron títere con cabeza. Pues hasta maniquíes de aparadores fueron víctimas de sus bajos, perversos y diabólicos instintos, enardecidos por un fuego interior semejante a las llamas del infierno, comandados por una fuerza casi sobrenatural y cegados por los humos de la ira y la venganza... bueno, no tanto, pero sí andaban re locos.




Ahora los afectados fueron instalaciones de los cerdos capitalistas e imperialistas: Starbucks, Hotel Hilton, Fiesta Inn, McDonalds, Banamex, Sanborns, casetas de teléfonos Telmex y, de paso, la recién remodelada Alameda Central con todo y Hemiciclo a Juárez. Cristales rotos y pintas con aerosol por doquier. Sólo les faltó Soriana y las instalaciones de MILENIO. ¡Chin!.

Y todo por $300 pesos que, aseguran algunos de los detenidos, les fueron pagados para reventar el día de graduación de Peña Nieto. Unos dicen que eran radicales de MORENA, el nuevo juguete de Andrés Manuel López Obrador, otros, que son grupos de choque pagados por el mismo PRI, otras voces aseguran que en verdad son grupos de sublevación apartidistas... todos sacan conclusiones según su entendimiento.

Lo cierto es que nadie sabe la truculenta verdad y hasta que no se demuestre lo contrario, tanto el peje-jeje como el copete blindado son inocentes. No obstante, lo único certero es que la violencia física sólo se da entre las masas, los unos contra los otros, el pueblo, sin siquiera conocerse, mientras la cúpula del poder se sacude las manos viendo cómo la prole se vuelve enemiga de la prole.

¡Cuando los verdaderos culpables son ellos!: los delincuentes de cuello blanco y los gobernantes quienes han generado ese caldo de cultivo desde hace décadas. La pobreza, el hambre, la marginación y la crisis social/económica también es violencia pero no es nota de ocho columnas. Y cuando sale, nos sorprendemos e indignamos como si fuésemos país del primer mundo.

Y mientras todo ello sucedía en las calles de la ciudad de los palacios, el primer día del regreso del PRI, Paulina Peña Pretelini, la sencilla y  humilde hija del ahora Presidente, sólo atinaba a decir a través de su cuenta de Twitter: “todos saluden a la nueva princesa de México”. ¿Será su cuenta oficial?... no lo sabemos. Pero tenemos 6 años para corroborarlo. 


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