[IDEAS Y RUIDO: INFORMACIÓN PARA LLEVAR]: Francia y el mundo en pánico.

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La guerra, los actos de barbarie y las atrocidades en contra de cualquier grupo de personas de “x” o “y” religión y/o nacionalidad siempre son nefastos. El mundo vuelve a cimbrarse ante uno de los episodios que marcarán la agenda informativa por semanas, meses y tal vez años: el asesinato de un centenar de personas por actos terroristas en París por parte de combatientes del Estado Islámico [E.I.].

¿Quiénes son estos sujetos? Un grupo extremista asentado en Irak y Siria que pugna por un califato mundial, es decir, las enseñanzas del Profeta Mahoma así como un sistema político basado en éstas. Su historia se remonta a principios del nuevo milenio, como una rama de Al Qaeda, para combatir la invasión de Afganistán en 2003 por Estados Unidos.

Fue en 2014 cuando el E.I. se proclamó independiente para erigirse como grupo terrorista insurgente. Su actual líder, Abu Bakr Al-Siddiq, se llama a sí mismo “el nuevo califa de todos los musulmanes” y es considerado el sucesor de Osama Bin Laden por quien el gobierno de Washington ofrece millones de dólares por su captura o muerte.

Sí, la historia es cíclica, estamos ante un dejavú y sabemos cómo terminará: territorios ocupados, miles de inocentes muertos y un nuevo Guantánamo pero a la francesa.

A grosso modo de eso va este grupo radical que surgió después de que la nación más poderosa del planeta invadiera Afganistán tras los atentados del 2001 en Nueva York y Washington. Lugar donde se presenta el país de las barras y las estrellas, el de los valientes y los libres, es tierra maldita por siempre. El verdadero terrorista.

De vuelta a la masacre ocurrida en París, esta urbe fue epicentro de una carnicería por parte del E.I. en venganza por la participación de Francia para bombardear al movimiento yihadista en Siria e Irak con el fin de desaparecerlo. Pero, ¿por qué nos impacta de forma más notable cuando golpean a un país occidental que cuando agreden a uno de Medio Oriente donde la gente también come, respira, duerme y llora?.

¿Nos identificamos más con un ciudadano que, aunque de primer mundo, sea como nosotros y vaya a bares-cafés, conciertos de rock, tome cerveza y coma hot dogs que con alguien que usa turbante, hable una lengua rara y coma nueces, pistaches y miel?.

¿Por qué #TodosSomosParís pero no somos África, Beirut, Irak o Siria donde el E.I. mata y crucifica a niños por negarse a formar parte de las filas del grupo radical? ¿Quién tiene la culpa, nosotros por ignorancia o la prensa mundial que le llama “atentado” a lo ocurrido en Europa pero “democracia” si hay bombardeos en Medio Oriente? ¿Hay ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría cuando toda la sangre que corre es roja?.

Mientras se discute si se dice “vaso con agua” o “vaso de agua”; en el mundo siguen muriendo miles de personas cada día, hora, minuto y segundo por fanatismos así como por la ambición de algunas naciones de convertir sangre en oro. Estados Unidos es Dios y el Diablo. Son los libertadores del planeta pero financian a milicias radicales para desestabilizar gobiernos, como con los opositores al presidente sirio Bashar Al Assad.

Tal vez estamos en la antesala de un conflicto mundial. Los unos defendiendo su religión y los otros su democracia. “Ya vivimos una Tercera Guerra Mundial” ha dicho el Papa Francisco. Ahora solo falta que se una el eje en Medio Oriente; Estados Unidos ya tiene a Francia, Reino Unido, Australia, Países Bajos, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Jordania, Turquía, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y, bueno, México. El toque chusco.

Para cerrar, aquí un video que muestra parte del entrenamiento de niños por parte del Estado Islámico: Horas interminables de ejercicio, lectura del Corán y un odio a Occidente inculcado desde que tienen uso de razón. Cabe señalar que estos niños son huérfanos pues la milicia ha matado a sus familias, no sin antes, violar a sus madres y/o hermanas.